Los avances tecnológicos, las carreras profesionales y otras cuestiones nos han alejado de las tareas manuales, del contacto con la tierra; nuestros padres y abuelos tuvieron otra relación con la naturaleza.
Dice la Biblia "Quien cuida la higuera (planta) comerá su fruto* (Proverbios 27.18)
Debemos volver a tener una plena relación con la siembra y la cosecha, no hay mayor alegría que ver el fruto de nuestras manos
En mi hogar tengo plantados varios arboles frutales y una pequeña quinta; como Evangelista se muy bien que también debemos predicar con el ejemplo
porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.
Sembremos cada día en el corazón de las personas el evangelio del agua y del espíritu apacentando la grey de Dios*
(1.Pedro 5.2 al 5)
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